El pasado mes de marzo fue publicado en el periódico “El
País” un artículo que nos concierne en gran medida a los maestros y el
cual va a ser un importante tema de reflexión para todos.
Aquí os dejo el enlace:
Que la Comunidad de Madrid haya cambiado el sistema de
oposiciones a docentes para primar la nota ante la experiencia docente (a la
hora de acceder a una plaza y a las listas de espera de los interinos), ha sido
motivo de crítica ante aquellas personas que se presentaron y no superaron la
nueva prueba de Cultura General. Para quien no lo sepa, esta prueba evalúa, a
los aspirantes a la plaza de maestro, de materia incluida durante la etapa de
Primaria… ¿Y cuál fue la sorpresa? El 86% de los aspirantes no pasó la prueba de conocimientos, con
preguntas para un niño de 12 años.
Ante esta escandalosa noticia, y como futura
docente, debo reconocer que la formación universitaria que recibimos, según el
Plan de Estudios, posee una serie considerable de insuficiencias para formarnos
en todo el temario que puede aprenderse durante la época de Primaria, pero ¿por
qué?
Lo que se quiere conseguir con el grado de
Maestro para Educación Primaria, a diferencia de otras titulaciones como puede
ser la de Medicina o Ingeniería, es que se aprenda un poco de todo, un poco de
matemáticas, un poco de Lengua, un poco de Geografía,… sin alcanzar unos
contenidos más específicos porque tanto las competencias del maestro como los
principios pedagógicos han cambiado en el s.XXI debido a los cambios sociales
que sufrimos día a día. Estas competencias y principios ya no son la de
ENSEÑAR, DAR CLASE O IMPARTIR, sino ORGANIZAR Y ANIMAR SITUACIONES DE
APRENDIZAJE, además de gestionar la progresión de los aprendizajes a través de
la construcción de aprendizajes significativos, promover herramientas para
atender a la diversidad de los individuos, implicarles en sus aprendizajes y su trabajo
partiendo del nivel de desarrollo del individuo, saber trabajar en equipo,
participar en la gestión del centro, informar e implicar a la familia, utilizar
las TIC utilizando un enfoque globalizador, y lo más importante: enseñar a aprender a aprender; principio
que cobra mayor relevancia con la aplicación de la LOE ya que se recoge como
una de las nueve competencias básicas que deben ser alcanzadas a lo largo de la
educación obligatoria. Por ello, la intervención educativa que debemos realizar
como maestros debe impulsar las capacidades de trabajo libre, autónomo y
creativo para que nuestros alumnos se conviertan en adultos, capaces de
realizar aportaciones a una sociedad, en continuo cambio y evolución.
Por este motivo, en pleno s. XXI, no es necesario que los maestros sepamos
toda una materia para poder enseñarla, porque nuestro deber es actuar como
mentor, como ayuda, para que nuestros alumnos sean capaces de conseguir sus
conocimientos de forma autónoma y poder proporcionarles material a través de
diversas herramientas y así todos juntos aprender cosas nuevas mediante la
comunicación, el debate, la colaboración y sobre todo, el trabajo en equipo. Es
por esto, que el maestro se debe formar continuamente, para satisfacer las
necesidades que tienen los alumnos en el aprendizaje como consecuencia del
cambio social.
¿Aún no saben que el sistema educativo necesita
un cambio? ¿Entonces por qué nos ponen impedimentos para conseguirlo? ¿Los
cambios producidos en el sistema de oposiciones realmente nos beneficia? ¿Quién
no podría fallar en alguna de esas preguntas que hemos estudiado a lo largo de
nuestra vida? Los maestros somos los que realmente nos preparamos para sacar
adelante a los futuros innovadores, a nuestros pequeños alumnos.
No justifico que un maestro no deba tener ni idea
de algún tema o que falle preguntas como: ¿Por qué provincias pasan los ríos
Duero, Ebro y Guadalquivir? Esta sobre entendido que un maestro es
imprescindible en la educación de nuestros hijos y debe alcanzar unos
conocimientos mínimos. Pero es que ¿alguien se ha planteado que la cantidad de
información que se maneja actualmente no es equivalente a la pasada? No podemos
luchar por meter a nuestros alumnos toda esta cantidad de información, pero sí
podemos luchar por enseñarles a acceder a dicha información, saber diferenciar
las fuentes fiables de las menos fiables, elegir, elaborar, manipular y sacar
conclusiones de dicha información. Debemos adquirir y defender determinadas
habilidades imprescindibles en los actuales sistemas educativos para propiciar
buenos entornos de aprendizaje.
Para concluir con esta reflexión, me planteo si
la forma en que se ha dado la información es la correcta o quizás se hayan
aprovechado de esto para llevar a cabo algunos objetivos de manera oculta, por
ejemplo cambiar las normas para obtener una plaza o deshonrar nuestra labor
como docentes destruyendo la confianza de padres y alumnos hacia nosotros. Pero
ellos lo defienden argumentando: “No queremos que un aspirante que haya
suspendido un examen y tenga antigüedad pase por delante de otro con un
sobresaliente” o “Se trata de que la experiencia cuente sólo para el que haya
aprobado”. A continuación os dejo un enlace a un vídeo publicado por el programa Cuatro, el cual nos transmite la información:
Es por esto que está bien que esta información se
haya dado a conocer para que podamos juzgar lo que está ocurriendo.
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